Me daba la impresión de que hacia menos que había estado por
aquí, completando las piezas escritas de mi historia; pero no.
Me siento a escribir y no sé qué decir. Es que antes tenía
TANTO por decir, necesitaba decir tantas cosas que apenas entraban en un blog. Las
palabras se desbordaban y caían como cascadas, a veces haciendo agujeros en las
paredes saliendo con más fuerza.
No es que ahora no tenga cosas que decir. Tengo. Siempre.
Pero cuando me siento a escribir algo, simplemente me sale
una sola palabra: “GRACIAS”.
Me pueden estar pasando mil cosas, mi mundo puede estar por
caerse, me puedo estar odiando con todas las fuerzas, y aun así solo tengo una
palabra: “GRACIAS”.
¿Por qué esa palabra?
“Agradecer” hace referencia a sentir gratitud.
“Gratitud” viene del latín, y es un “sentimiento que nos
obliga a estimar el beneficio o favor que se nos ha hecho o ha querido hacer, y
a corresponder a el de alguna manera”.
Esa definición me llamó la atención, porque no esperé que
diga que es un sentimiento que “OBLIGUE” a algo, sin embargo, cuando me puse a
pensarlo creo que es así.
Creo que estar viva es un “beneficio o favor”, que por algún
motivo, me lo ha hecho Dios, yo misma y muchas personas que me rodearon y me
rodean. Todavía no puedo decir que el
nacer haya sido un “favor o beneficio”, pero el estar viva aun hoy si lo es. Y
es un beneficio que me gusta.
Y, si, de alguna manera siento que tengo que intentar
corresponder ese favor. Tanto a Dios, como a mí, como a los demás. ¿Y cómo se
hace eso? No lo sé. Supongo que viviendo y no solo sobreviviendo. Supongo que
se hace dejándose llevar por los bienes internos de la vida, y apreciando los
externos. Rindiendo una vida a Dios.
Respetando al medio y a los demás.
…..cuidando de uno mismo.
Y en eso estoy, tal vez eso es el “vivir”; el buscar
corresponder de alguna manera a los que corresponda.
Esto suena muy “positivo” para ser yo….y es raro, las cosas
han cambiado de a poquito, pero los recuerdos siguen ahí, en ocasiones las
ganas de daño, el extrañar, la desesperación, la curiosidad por cosas sin
respuestas, el miedo, las pesadillas, etc, etc…todo está ahí. Pero lo que
cambió es que ahora hay más cosas: ahora hay también sonrisas, momentos lindos,
tranquilidad, gente, paz, sueños lindos, colores y las cosas malas se van
aprendiendo a manejar poco a poquito, pasó a pasito.
Sigo creyendo que el ser humano es una isla, que hace
puentes hacia otras islas, y también hace paseos en botecito o nada hacia las
otras, pero ahora la muralla de la isla tiene una puerta, incluso hasta
ventanas, y un techo de esos de los que apretas un botón y desaparece para
poder ver la luna y las estrellas.
Todavía no quiero hacer muchos puentes, ni que me visiten
demasiado, pero la puerta ya se abre y hay un botiquín de emergencias para las
heridas, para cuando sea necesario.
Las cosas cambian, uno cambia……pero de una forma u otra;
siempre todo va a estar bien.
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